La Educación Pública y las Escuelas Normales

  • noviembre 30, 2020

Se denominan Escuelas Normales a aquellos centros educativos que se dedican en exclusividad a la formación de docentes. Históricamente, sobre ellas recae el compromiso de preparar a los profesores que se encargaran de la educación pública, para lo cual deben asirse de aprendizajes básicos, cuya aplicabilidad se circunscribirá a lo necesario, e indispensable para desenvolverse desde la cotidianidad.

En Latinoamérica hubo un auge de este tipo de instituciones para dar respuesta a la necesidad de formar docentes en conocimientos básicos, pero en muchos países fueron disminuyendo para dar paso a Universidades Pedagógicas con mayores estándares de exigencia, además de incluir especialidades en áreas críticas de las ciencias, e idiomas. En tal sentido, las escuelas normales pasaron a un segundo plano, o simplemente desaparecieron.

Calidad vs aplicabilidad

Las escuelas normales han sido objeto de muchas críticas por el tiempo de formación, dicho sea de paso, es muy en corto en comparación con el régimen de estudio en una universidad. Lo que en una universidad consta de diez semestres equivalentes a cinco años, en una escuela normal se resume en dos años a lo sumo. Esto se desprende que la escuela normal sintetiza sus planes de estudio, haciendo énfasis a las áreas básicas del saber.

Sin embargo, quedo demostrado que los docentes normalistas vinieron a suplir una necesidad cuando se decide masificar la educación y hacerla llegar a las zonas rurales, siendo estos docentes quienes se dedicaban a hacer llegar las enseñanzas a las zonas más recónditas de un país, permitiendo la inclusión de todos los niños, niñas y adolescentes al sistema educativo público.

Las escuelas normales y el sistema educativo público

Es de hacer notar que las escuelas normales fueron concebidas para ser administradas y reguladas por el sistema público, quedando fuera del ámbito de educación privada.

En tal sentido, los países han establecido un articulado legal para controlar su ejecución. Tal es caso de México y Argentina donde en su Constitución y Leyes Educativas, se establece que son de exclusiva administración pública.

Finalidad de las Escuelas Normales

Fundamentalmente, viene a dar respuesta a la necesidad de docentes que compartan la masificación de la educación sin que esta comprometa la eficacia de la misma.

En una sociedad que demanda profesionales de calidad, la formación debe ser concordante con estas exigencias. Así pues, las escuelas normales egresan a docentes en poco tiempo de formación sin que esto implique disminución el profesionalismo del egresado.

El Maestro Normalista

Se distingue de los egresados de universidades pedagógicas pues su tendencia es a priorizar los contenidos a impartir. Si bien es cierto, el maestro normalista tiene una preparación más corta, no es señal de mediocridad, sino más bien desarrollan la capacidad de distinguir cuáles son los contenidos necesarios e indispensables para el desarrollo integral de un individuo, contextualizando su labor de acuerdo a factores económicos, sociales e incluso demanda laboral.

Así pues, el maestro normalista por una parte es partidario del aprendizaje significativo y por otra de la construcción del aprendizaje. En tal sentido, ofrece oportunidades de aprendizaje congruentes con las necesidades e intereses de los estudiantes, logrando hacer de la educación un acto individualizado y humanizado.

La mística en las escuelas normales

Las escuelas normales han sido vistas como una salida fácil para alcanzar una carrera con carácter universitario por el tiempo de formación, sin embargo el plan de estudio permite formar a un profesional con características muy particulares, entre ellas: mística, vocación y sentido de compromiso con la formación de niños, niñas y jóvenes, impregnando el quehacer pedagógico de humanismo, mostrándose sensible ante las dificultades, particularidades y limitaciones de sus discípulos.

El egresado de las escuelas normales está programado para atender al niño, niña y adolescente desde su realidad, desde su contexto, jerarquizando sus necesidades e intereses para convertirlos en aprendizajes significativos, lo cual decanta en una educación integral de un sujeto que a futuro se convertirá en un ciudadano próspero.

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